Capítulo 9

                             
                                                                       Sound ‘Of’ Silence
                           Capítulo 9

Al día siguiente cuando desperté Michael se situaba justo al lado mío, lo que provocó que unos escalos fríos Recorrieran mi cuerpo.
Silenciosamente me quedé observando su rostro, Comencé a ver como empezaba hacer extraños gestos con la cara, incluso, comenzó a hablar

-¡Ni se te ocurra!, ¡ella no se lo merece!- Gritó
Al ser incapaz de aguantarme las grandes carcajadas debido a lo que gritaba en sueño, se despertó.
Más dormido que despierto preguntó:
-¿Qué es lo que te causa tanta gracia?
-¿Con quién soñabas?-Pregunté intrigada.
-¿porqué me contestas con una pregunta? 
-¿porqué no me lo quieres decir?
-ves, otra vez contestas con una pregunta.
-Es que... ¿sino respondes a lo que te pregunto?
Tras nuestra pequeña discusión nos quedamos perdidos entre nuestras miradas y comenzamos a reírnos con gran fuerza:
-¡Menuda manera de despertarnos! Exclamé.
-Pues a mi me gusta mucho despertarme junto a ti.
Al escuchar aquellas palabras me sonrojé por lo tanto cambié inmediatamente de tema
-¿Te ayudo hacer el desayuno? Dije otra vez respondiendo con una pregunta.
-¡Ni hablar!, tu necesitas descansar.
-Pero...
-Pero nada. Dijo sin dejarme acabar la frase mientras caminaba hacia la cocina.
Cuando volvió, tenía una bandeja lleno de diversas cosas.
-Algo te gustará ¿no? Dijo mientras me mostraba todo el montón de comida que había.
-Claro, no te preocupes.
-Mejor, porque sino...

-Sino ¿Qué? Dije interrumpiéndolo, mientras enarcaba una ceja.
-Pues simplemente te tiraría todo encima. Contestó como si fuera lo más normal del mundo.
Una risita salió desde mi interior.

-Sí, seguro. Dije con incredulidad.
-¿Te apetece probar?

Sin tener tiempo de negarme a su agradable proporción ya me había tirado todo encima.

-¡Michael!

-Eso te pasa por creer que no era capaz. Dijo entre risas.
-Pero... ¿Ahora que comemos?
-¡Esto es increíble! Exclamó.

-Estas completamente cubierta de diferentes tipos de comida pegajosa, en el pelo, la ropa etc.

Y te preocupas por, ¿qué comeremos ahora?, desde luego no hay quien te entienda.
-Bueno lo de mi pelo y la ropa un baño lo soluciona, pero toda la comida que acabas de malgastar ¿Quién lo soluciona?, ¿o es que te da igual toda las personas que muere por hambre?
-¡No claro que no!, Por eso esta misma noche te invito a cenar a un esplendido restaurante, ¿qué te parece?
¿Cómo iba a poder negarme?
-Me parece genial. Sonreí