
Capítulo 8
Sound ‘Of’ Silence
Una vez dentro de la limusina destino a ‘Neverland’, Michael me miraba de tal manera que se veía en su rostro la preocupación debido a lo ocurrido, él estaba completamente confuso, prácticamente no era capaz de asumir lo que estaba sucediendo, nunca se imaginaria que algo así pudiera pasarme, también se notaba algo de alivio en su forma de respirar, debido a que llegó justo a tiempo y que él fue mi salvación y por segunda vez MÍ MILAGRO.
-Gracias-. Dije.
-¿Por qué?-. Contestó sin saber muy bien que responder.
-Pues por ser mi milagro.
-¿Yo, tú milagro?
-Sí, Me has salvado por segunda vez, es decir hace un par de meses cuando me encontraba en mi viejo trabajo me llamaron urgentemente porque mi hermano sufría un ataque, por lo tanto tenía que ir lo más rápido posible hacia el hospital, para mi jefe no era suficientemente importante por lo tanto me despidió, en ese caso creía tener solución ninguna y me veía perdida en una determinada ocasión. Pero llegaste tú y todo cambió, mientras ya no tenía posibilidades para sacar a mi hermano hacia adelante, fuiste capaz de sacarme de aquel apuro, Y ahora esto. Sino no te hubieras molestado en darme una sorpresa, me encontraría en el hospital en este instante, de verdad antes de que tocaras el timbre Adrián estaba apunto de darme fuertemente-.
Poniéndome algo nerviosa seguí contando
- ¡Sino hubieras llegado yo ahora podría haber estado muer...!
-Shh, ¡Ya basta! ¡No quiero oír ni una palabra más!- Dijo tranquilizándome.
-Ya hemos llegado. Dijo Tim el chófer, interrumpiéndonos.
Cuando nos encontrábamos dentro de la casa, lo primero que hizo fue llamar a su médico, unos 15 minutos aproximadamente estaba aquí, pero cada minuto me parecía un año, mi cara cada segundo se hinchaba más, mi nariz no paraba de sangrar, mi espalda pesaba mil toneladas, pero lo que mas me dolía era mi corazón.
Sentía como si alguien me lo estaba cortando en mil pedacitos, no era la primera vez que Adrián me pegaba ni la segunda ni la tercera es una de miles, siempre me ha dicho que cambiaría pero después de un determinado tiempo volvemos siempre a lo mismo ¿De verdad tengo que seguir aguantándolo? un pequeño pinchazo en la espalda interrumpió mis pensamientos.
-¡Ah!-. Me quejé.
-Unas pastillas antiinflamatorios y ya está, No tienes que estar todo el día echada en la cama simplemente ten cuidado con la espalda y no te pasará nada. Dijo el médico despreocupado.
-Muchas gracias doctor. Agradeció Michael.
-Nada que agradecer.
-¿Dentro de 5 días vuelves a por una revisión?
-Exacto.
Michael acompañó al médico hasta la puerta y cuando volvió se sentó en el sofá justo al lado mío, sin más me dio un cálido abrazo sin decir nada durante un buen tiempo. Eso era exactamente lo que necesitaba un gran abrazo sin necesitad de palabras.
-Nada que agradecer.
-¿Dentro de 5 días vuelves a por una revisión?
-Exacto.
Michael acompañó al médico hasta la puerta y cuando volvió se sentó en el sofá justo al lado mío, sin más me dio un cálido abrazo sin decir nada durante un buen tiempo. Eso era exactamente lo que necesitaba un gran abrazo sin necesitad de palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario