Capítulo 3

                                                         
                                                                           Sound ‘Of’ Silence
                                      Capítulo 3
Ya era tarde sobre las once de la noche, así que la enfermera me recomendó que fuera a casa para descansar un poquito y eso fue lo que hice, Mi hermano ya estaba soñando con los angelitos así que le di un suave beso de despedida y me fui. Al nada mas salir del hospital comenzó a llover cada vez más fuerte, no tenía coche ni dinero para un taxi así que tuve que ir caminando media hora para llegar hasta mi casa. En mitad de camino empezaron a sonar fuertes truenos y algunas y otras veces se veían rayos.
 Esto ya me estaba asustando, pero faltaba poco para llegar.
Cuando estaba a dos calles de mi casa, paró un hombre borracho en la carretera con el coche
para decirme que subiera.
Cuando vio que me negaba a subir salió violentamente del coche lo que provocó que saliera corriendo lo mas rápido posible, cuando vio que había llegado a mi casa y estaba buscando las llaves para entrar
se dio la vuelta y se retiró.
Pero ahí estaba el siguiente problema no encontraba las llaves. Y lo más probable es que Adrián no haya llegado aún pero toque el timbre por si las dudas.
-Ojala haya llegado, ojala que haya llegado-. Pensé
Toqué unos  4 veces más lo que hizo que Adrián se asomara por la ventana.
-¿Quién es?-. Dijo molesto-.
-Soy yo Amber abre la puerta-.
-¿tu no tienes llaves?
-Sí pero se me olvidaron en el hospital creo, abre corre que me estoy muriendo de frío-.
-¡Pues si se te olvidaron, yo no tengo que porque molestarme en bajar y abrir la puerta, esto te aprenderá a no olvidarlos más!
-¡por favor! no me puedes dejar aquí, Hace mucho frío-. Dije mientras esperaba una respuesta.
Pero lo único que hizo fue poner música alto para así no escucharme más.
 Intente gritar un par de veces más pero ni caso me hacía pasaba completamente de mí no sabía que hacer hasta que recordé que Michael me había dado su número, aunque no quería molestarlo con mis problemas, aún así busqué en mis bolsillos
pero ni rastro del papelito, se me ha debido de haber caído cuando huía de aquel señor borracho.
Hacía un frío tremendo no tenía dinero no tenía a quien avisar, lo que me quedaba por hacer era buscar un sitio de refugio. Cuando al fin encontré algo seco me senté y me eché a llorar hasta quedarme dormida.